¿Cómo llegaste al mundo de los seguros y qué te motivó a seguir en este camino? Llegué a los 19 años cuando aún era monopolio el BSE, y comencé a trabajar en una Agencia del interior. Actualmente tengo 53 años, así que hace ya mucho tiempo. En 2004 decidí que era mi profesión, luego de haberme alejado unos años y haber probado otras profesiones.
¿Qué desafíos enfrentaste al ingresar a una industria considerada tradicionalmente masculina? Lo clásico. No te consideran, toda opinión o gestión cuesta siempre más, pero se puede cumplir sueños y dedicarse a lo que amamos, con más esfuerzo, sí, siempre, pero a no rendirse.
¿Cómo crees que ha evolucionado el rol de las mujeres en el sector de seguros? Creo que muy bien. Hemos logrado abrirnos paso y profesionalmente hablando es muy apasionante y llena de desafíos nuevos cada día. Queda mucho por lograr porque sigue siendo un sector masculino por excelencia, pero no nos vamos a rendir, ni a abandonar. Hay mucho por aportar y lograr, pero nuestra visión femenina suma muchísimo al sector y allí seguiremos.
¿Cuál ha sido tu mayor aprendizaje en este camino profesional? Que todo lo que se haga con pasión y profesionalismo suma y vale la pena el esfuerzo. El trabajo dignifica y en el camino crecemos cada día hasta lograr respeto y participación.
¿Qué es lo que más te apasiona de tu trabajo? Lo más gratificante es ese sentimiento de poder ayudar a solucionar en momentos en que las personas lo necesitan. A veces es desalentador, porque el asegurado no se entera ni de la cuarta parte de todo lo que implica nuestro trabajo, pero la satisfacción de la tarea realizada es muy gratificante y desafiante, aunque no siempre sea reconocida.
En MAPFRE decimos que te convertís en “Asesora”, pero es la gente quien te convierte en “Asesora de Confianza”. ¿Podrías compartir un momento en tu carrera en el que realmente sentiste ese vínculo especial con un cliente? Es permanente el vínculo especial. Estamos a su lado, se genera desde el primer momento la confianza y terminas siendo un amigo en varios aspectos de la vida del asegurado. Terminamos siendo una persona de referencia en sus vidas a la que pueden consultar y plantear temas de toda índole en el cual podés o no ayudar pero sentís que es muy importante estar presente siempre y es muy bonito eso.
¿Qué consejo o mensaje le darías a otras mujeres que quieren desarrollarse en el sector de seguros? Que si sienten que tienen la vocación de servicio y es su pasión ayudar y asesorar a las personas, no duden en dedicarse a ella.
Si pudieras definir tu camino en MAPFRE, en una palabra, ¿cuál sería y por qué? Familia. Es tal cual una familia, está siempre a tu lado, te acompaña y apoya. Vas teniendo afinidades diferentes o no con cada uno, los vas viendo crecer, compartís momentos complicados y otros únicos, de trabajo CODO A CODO, o de sencillamente tomar un café o una reunión con asado y fueguito. Como cualquier FAMILIA.